Los síndromes mielodisplásicos (myelodysplastic syndrome, MDS) son
afecciones que pueden ocurrir cuando se dañan las células productoras de sangre
en la médula ósea. Este daño causa bajos números de uno o más de los tipos de
células en la sangre. Los MDS se consideran un tipo de cáncer.
La médula ósea normal
La médula ósea se encuentra dentro de
ciertos huesos, incluyendo el cráneo, las costillas, la pelvis y la columna
vertebral. Está constituida por células productoras de sangre, células adiposas
y tejidos de sostén que facilitan el crecimiento de las células productoras de
sangre. Una pequeña fracción de células productoras de sangre es un tipo
especial de célula conocida como células madre de la sangre. Las células madre
son necesarias para producir nuevas células. Cuando una célula madre se divide
se originan dos células: una célula que permanece como célula madre y otra
célula que puede seguir cambiando y dividiéndose para producir células
sanguíneas. Existen tres tipos de células sanguíneas: glóbulos rojos, glóbulos
blancos y plaquetas.
Los glóbulos rojos recogen el oxígeno
en los pulmones y lo transportan al resto del organismo. Estas células también
transportan bióxido de carbono a los pulmones. A una insuficiencia de glóbulos
rojos se le llama anemia. Puede causar que las personas se sientan cansadas,
débiles y pueden lucir pálidas. La anemia grave puede causar dificultad para
respirar.
Asimismo, los glóbulos blancos (también
conocidos como leucocitos), son importantes en la defensa del organismo contra
las infecciones. Los dos tipos principales de glóbulos blancos son: los
linfocitos y los granulocitos.
Los linfocitos son células inmunitarias
que se encuentran en la médula ósea, la sangre y los ganglios linfáticos. Éstos
producen los anticuerpos que ayudan al organismo a combatir los gérmenes. Ellos
también pueden destruir directamente estos gérmenes al producir sustancias
tóxicas que dañan las células. Usualmente, los linfocitos no son anormales en
los síndromes mielodisplásicos.
Los granulocitos son glóbulos blancos
que destruyen las bacterias. Son llamados granulocitos, ya que contienen
gránulos que se pueden observar con un microscopio. Estos gránulos contienen
enzimas y otras sustancias que pueden destruir los gérmenes que causan las
infecciones. En la médula ósea, los granulocitos se originan de células jóvenes
llamadas mieloblastos. El tipo más común de granulocito es el neutrófilo; esta
célula es crucial en combatir bacterias. Otros tipos de granulocitos son los
basófilos y los eosinófilos. Cuando el número de neutrófilos en la sangre es
bajo, a la afección se le llama neutropenia. Esto puede causar infecciones
graves.
Los monocitos están relacionados con la
familia de los granulocitos, y también son importantes para proteger el cuerpo
contra las bacterias. A las células en la médula ósea que se convierten en
monocitos se les llama monoblastos. Los monocitos pueden abandonar el torrente
sanguíneo para convertir macrófagos en algunos de los órganos del cuerpo. Los
macrófagos pueden destruir gérmenes atrapándolos y destruyéndolos. También son
importantes para ayudar a los linfocitos a reconocer los gérmenes y comenzar a
producir los anticuerpos para combatirlos.
Se piensa en las plaquetas como un tipo
de célula sanguínea, pero en realidad son pequeños fragmentos de una célula.
Las plaquetas comienzan como una célula grande en la célula de médula ósea
llamada megacariocito. Los fragmentos de esta célula se desprenden y entran al
torrente sanguíneo como plaquetas. Usted necesita plaquetas para la coagulación
de su sangre. Las plaquetas bloquean las áreas de vasos sanguíneos dañadas por
cortadas o moretones. Una disminución de plaquetas, llamada trombocitopenia,
puede causar sangrado anormal o moretones.
Síndromes mielodisplásicos
En el síndrome mielodisplásico (MDS),
algunas de las células en la médula ósea son dañadas y presentan problemas para
producir nuevas células sanguíneas. Por lo tanto, muchas de las células
sanguíneas que son producidas por las células de la médula ósea son
defectuosas. Las células defectuosas a menudo mueren más temprano que las
células normales y el organismo también destruye algunas de las células sanguíneas
anormales, dejando al paciente con bajos recuentos sanguíneos, ya que no
existen suficientes células sanguíneas normales.
En aproximadamente una tercera parte de
los pacientes, el MDS puede progresar y convertirse en un cáncer de rápido
crecimiento de las células de la médula ósea llamado leucemia mieloide aguda.
Debido a que la mayoría de los pacientes no padece leucemia, el MDS estuvo
anteriormente clasificado como una enfermedad de bajo potencial maligno. Ahora
que los médicos conocen más sobre el MDS, éste se considera una forma de
cáncer.
En el pasado, el MDS fue llamado
pre-leucemia o leucemia quiescente (smoldering). Debido a que la mayoría de los
pacientes con MDS no padece leucemia, estos términos no son precisos y ya no se
usan.
Last Medical Review: March 11, 2014 Last Revised: July 20, 2015
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